¿Nos adecuamos o esperamos?

Siempre he pensado que los seres humanos tenemos una racha positiva y negativa. No obstante, son esos momentos los que te hacen gozar o sufrir, dependiendo de las circunstancias y por ende, te sientes de un modo feliz o enojado. Insisto, todo depende de la situación.

He visto una imagen en la redes sociales con la siguiente frase: "Nos damos el lujo de esperar el momento indicado cuando ni siquiera sabemos si tendremos un mañana". Es esta frase la que me ha cuestionado si realmente esperamos el momento o nosotros preparamos el momento. Me parece que hay que distinguir entre dos palabras: esperar y adecuar. 

Podemos esperar en la fila del banco, podemos esperar que en cinco minutos nos manden el cheque, podemos esperar en el sillón para ser atendidos por el doctor, podemos esperar a que llegue nuestro papá o mamá del trabajo. La espera no es más que la combinación de la paciencia y esperanza, por ejemplo, ponemos nuestro despertador con la esperanza de amanecer el siguiente día y continuar con nuestras actividades. Somos pacientes al explicar o recibir alguna indicación. Son estas acciones por las que esperamos los momentos.

Por otra parte, cuando hablamos de la adecuación, nos referimos a adaptarse al momento, el prepararse para algo. La frase que he mencionado incluso se adecua para ciertas personas porque pasan un buen o mal momento. ¿No será que la imagen posteada en redes también se dio el lujo para ser publicada? Siempre hay que prepararnos para cualquier adversidad o fortuna porque el ser humano es privilegiado de poseer el tiempo en sus manos porque es relativo. El tiempo no se detiene, es vertical. 

No importa si te das el lujo de esperar, al contrario posees virtudes como la perseverancia y esperanza. No importa si te adecuas al momento, puesto que eres un hombre o mujer que prefiere esperar el ataque y luego contraatacar. Al final del día, siempre nos podemos dar ese lujo porque nosotros así lo hemos decidido.